El desahucio de la palabras.

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Yo no pretendía adueñarnos de la palabra «eternidad»,
Pero si tal vez de algún gerundio:
Nos vamos conociendo, adaptando, queriendo, enamorando.
O quizás materializar un verbo,
y convertirlo en pretérito para condecorarlo con un extensivo y constante presente.
Por ejemplo: esperar.
Y luego no hacerlo más.
No soy de las que suele ver el reloj,
¡Mucho menos el calendario!
sin embargo contaba los días y las horas,
y entendí de que trata el desdén del tiempo:
Se puede vivir una vida entera en un segundo,
también es posible morir es lo que dura un suspiro;
normalmente morimos más veces de las que nacemos.

Nos condenamos a infiernos y purgatorios,
Caminamos en círculo,
encontrándonos con nuestras propias huellas que por razones incomprensibles obviamos,
y repetimos el giro una y otra vez,
de ahí la certeza humana de tropezar con la misma piedra y agarrarle cariño.

Pretendemos que la felicidad sea una consecuencia de los recuerdos,
cuando sucede lo contrario,
Nos aferramos a los momentos,
por eso cada esquina,
cada pared,
cada cielo al intemperie,
es apabullante y trae consigo una ráfaga de lo que fue ¡Y ya no más!

#ANDIOR
#SoyAnDiOr
#AnDiOrIRREVERENTE

CAPITULO 67 “2017” (Un súper atraso de la musa)

Thánatos… No es de extrañar, que seas imprudente, caprichosa e indulgente, además de un sinfín de adjetivos peyorativos que en este momento se me ocurren pero no mencionaré (Por respeto quizá); seré concisa (eso espero) si bien eres lo más seguro que a todos nos espera, por lo tanto una “vieja confiable”, la sabiduría con túnica, ¡La inmortal! Que ironía… eres quien se lleva en sus brazos, acomodados o no, con anuncio de desalojo o embargo repentino, al azar o elegidos cautelosamente ¡No se sabe! a cada compendio de células que ostente estar viva, por eso la vida por si sola constituye una batalla perdida, al final, tú siempre saldrás victoriosa, alzarás tus brazos huesudos y desgastados, jactándote con un ¡Lo hice una vez más!; menudo trabajo, no tienes descanso, cada milésima de segundo tomas de la mano a alguien o algo, porque no solo mueren las personas, las plantas y los animales, también las causas, las cosas, los sentires, pensares, y cualquier manifestación con o sin sentido, que deje constancia de un suceso o su humilde intención; repito ¡la inmortal! Sin ánimos de elevar tu ego, que ya lo suficientemente alto está, eres la única que NO muere ¡SI, la muerte no muere! De tantos inventos de Dios, o del hombre, o extraterrestres ¿Por qué no? , de quien quiera que tenga el control de mando o el muñequito vudú de la humanidad y de los inhumanos que también son parte de ella, tú eres la única capaz de sobrevivir y prolongar tu existencia por la eternidad, insisto ¡Menudo trabajo! No quisiera estar en tus alpargatas o en tus pies descalzos, o en tu tacones (ya que te trato como mujer) yo no tendría el valor de arrancar de tajo el alma a alguien (o algo) que merezca seguir aquí, cerrar capítulos bruscamente, sin la posibilidad de puntos suspensivos, robándote con ello los sueños, las esperanzas, los ideales, ciertamente queda el legado y quizás esa sea tu coartada: ¡Ahí les dejo esa leyenda!, pero no por eso deja ser injusto que vayas de presumida asumiendo que lo que hiciste era lo “debido”, en ocasiones tienes razón y tu elección es sabia, pero en otras, no me gustaría aseverar que la mayoría, dejas vacíos implacables por tus acciones y un montón de deudas pendientes que entran al libro de “Nunca más”.

Esto lo pensé hace días, el 8 de Marzo, no sabía como escribirlo entonces, cuando me enteré que una semana antes te habías llevado a un amigo y yo aquí “celebrando” la vida, mientras él ya se encontraba contigo y no lo sabía, yo no lo sabía.

#ANDIOR

CAPÍTULO 61 “2017”

La impuntualidad es una realidad a pesar de Ana…
¡Nací llegando tarde! Al punto de casi ser declarada muerta cuando apenas culminaba la ajetreada labor de atravesar el agujero negro galáxico que separa al impúdico orgasmo, de la bendición de la vida. Así fue, muriendo por retrasarme, así comenzó la historia de quien se lee entre líneas de estos, para muchos, absurdos capítulos; después de más de 24 horas viajando por aquel túnel uterino, un miércoles, del primer día del décimo mes, a las 11 matutinas horas, por fin aparecí, cuando la cita era para el 25 del mes anterior, o por ahí… ¡Impuntual desde entonces! Y como dice la tradición o esa creencia popular: sí te levantas con el pie derecho todo sale bien, la primera canción que escuchas determina tu día, lo primero que haces en el año marca pauta para el resto, así mismo ocurre con el primer día de vida, si llegué tarde era de esperar que nuevamente sucedería, no es mi intención, es una condena karmática, que estoy aboliendo: ¡Llego bien a la hora, pero no a los momentos! y si hablamos de personas, tengo la pared llena de medallas y diplomas honoríficos, por llegar años luz después de presumir ser grandes oportunidades, sin embargo he decidido aceptar esos vestigios de fugaces instantes a sabiendas que 5 minutos antes, un par de horas, 1 día, 2 meses, algunos años, todo hubiese resultado perfecto, a fin de cuentas cuando ocurre aún puede serlo, pero es necesario reinventarse: construir puentes, máquinas de tiempo, trasladadores y ejercer la espeluznante profesión de la Paciencia ¡Es un arte! ¡Es ironía! es como si por todo el tiempo que me demoré, ahora a mí me toca esperar….
¡Que imprudente mi impuntualidad! de haberlo sabido hubiese nacido por cesárea…
PD. Esto va directo al buzón de Sugerencias y Reclamos de la Cigüeña en París y la Coll Mágica Escandinava.…
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