La Duda: Silenciosa, traicionera, manipuladora; La solterona más antagónica de las virtudes, siempre anda sola, pues por incrédula construye muros antibalas (antimentiras), ¡Es hermética! nadie entra a su burbujita de trocitos de cristal y era de esperar que a nadie invita a tomar café; es la vecina a la que los pequeños y viejos del barrio temen tocar su puerta, la que desde el balcón vigila hasta a la más astuta paloma, anda despeinada, viste siempre de pijama y calcetas rotas y lo más importante, parece ser bipolar y absurda, pero irónicamente muchas veces tiene la razón y gana, sobre todo Gana.
Esta sería la más común de sus descripciones, sin embargo, es la duda el principio de la sabiduría, pues quien aclama para si la certeza, se declara ignorante ante el horizonte de posibilidades y remotas «verdades» que se pierden a los ojos de un espectador necio, conformista y cobarde.
¡No soy sabia! me encuentro a años luz de serlo, pero comprendo que admitir en mi un ápice de discernimiento es empezar un camino cuyo retorno sería trágico, nadie que avance un poco en la empinada cuesta de su evolución personal tiene derecho a retroceder, debería incluso ser penado con torturas, para así procurar que no exista nunca detrimento humano y de ser así considerar seriamente un castigo que se tilde injusto para ejercer rigor en la decisión de ser mejores personas.
Entonces ¿Para que sirve la duda? La duda es como la utopía que describe Galeano, sirve para avanzar, también podría ser una especie de Horrocrux, donde pisa la duda, la tuya, la mía, la nuestra, queda aferrada a ese momento inmaterial una parte de nuestra alma, se divide en fragmentos en su mejor intento de permanecer inmortal en un mundo crédulos; también sirve para evadir el dolor de un verdad fortuita y creernos cómplices de ella, y así sea más llevadero el luto que vanamente le guardemos a una mentira, una decepción, o por si se les ocurre morir a ambas; de eso trata, de hacernos fuertes como niños, tontos pero capaces, obtusos con causa, conscientes, libres y ¿Sabios?.
#ANDIOR